Tintos y tintas - El programa radial


Por Henry Posada *

Cuando era un niño siempre me acompañó la radio, hacía zapping como un bobo maravillado con el invento del italiano Guillermo Marconi, y recuerdo que en un aparato antiguo, marca Phillips, una de las pocas posesiones de mi padre, oía todas las radionovelas de la época: Arandú el príncipe de la selva, El león de Francia, Kalimán en la prodigiosa voz de Gaspar Ospina, Pedro Alvarado y los cuentos de hadas donde aparecían las voces de las historias de Andersen, Perrault, los hermanos Grimm… todo aquello constituyó un aletazo de maravilla. Mi madre solía llevarme al radio-teatro de la voz de Antioquia desde donde transmitían en vivo y allí vi a Montecristo, El trío de oro, y muchos otros artistas. Fue este el germen de una virulenta pasión.

La radio estaba en su esplendor y desde entonces fue la sombra y uno de los cómplices principales de mi vida, y cuando intento reunir sus hilos rotos, ahí están las lejanas y ya extintas emisoras, como voces tatuadas en la memoria: José Nicholls Vallejo en La voz de la Américas moliendo música de carrilera y dando sus servicios sociales. Era el tiempo del tabloide amarillista Sucesos y sus hechos extraordinarios, oscuros crímenes, mujeres convertidas en bichos por haberle levantado la voz a su mamá, sádicos, ex convictos y destripadores, seguramente inspiraron uno de mis seriales preferidos: La ley contra el hampa, emitido todos los días a la una de la tarde por la cadena Todelar. Ahí apareció para mí por primera vez el mítico Sangre negra, del que hará una película Víctor Gaviria.

El azar o el destino me acercaron a los estudios de la radio, cuando, hará unos quince años, me propusieron un programa de tangos en una emisora de Buenaventura. Se trataba de colonizar la media noche. Yo acepté, seducido por la radio cultural que escuché en mi infancia en Santiago de Cali, y representada principalmente por la HJSA 88.5 F.M, donde se me revelaron los acordes de Tchaikovsky, Dvorák, Beethoven, Bach y Mahler en las soporíferas tardes del verano infinito.

Tintos y Tintas nació merced a los buenos servicios del infatigable y bellamente loco Fernando Taseche, quien era el coordinador de programación. Nació, para decirlo de manera metafórica, el bello magisterio de la palabra, un formato de una hora en tiempo real con cortinillas musicales breves. Empecé por hablas con Rafael Humberto Moreno Durán, y él me dijo, “lo que más agradece un novelista es que lo lean”, por eso he devorado literalmente todo lo que ha pasado por mis manos desde obras de largo aliento como El arrecife de Juan Carlos Botero, La ceiba de la memoria de Roberto Burgos Cantor, Sin remedio de Antonio Caballero, Ursúa de William Ospina, hasta las más breves como Zanahorias voladoras de Antonio Ungar, Sin título de la impetuosa jovencita Margarita Posada, Manual de pelea de Andrés Burgos.

He tratado de que el programa sea una charla espontánea donde desentrañemos las claves de la novela, irnos por sus entresijos, su estructura narrativa, medrando en su lenguaje. No es un programa críptico, denso, hermético, ni tampoco light, sino, como debe ser la radio, ágil, espontáneo, con espacio abierto para chascarrillo, el fogonazo.

Me satisface que hayan estado en los micrófonos de la U.N. Radio, maestros y amigos como Juan Manuel Roca, Germán Espinosa, Milcíades Arévalo, Gonzalo Mallarino Flórez, Luis Fayad. Siempre tuve la idea de que todas éstas voces debían ser escuchadas en todas las radio-estaciones culturales del país y me empeñé en abrirle espacio en la emisora de la Universidad de Antioquia cuya directora, Beatriz Mejía, lo emite en El Carmen de Viboral, La Ceja, El magdalena medio, Turbo, Caucasia….Siento una gran satisfacción que los jóvenes de la provincia puedan oír a sus maestros y la vida les dé un giro. También nos escuchan en la emisora Carvajal de Santiago de Cali, donde Amparo Sinisterra, le da una hora semanal los domingos. Por su parte la emisora de la U. Industrial de Santander la da su espacio llegando así hasta los montes de María, en Tunja la ciudad universitaria, hace lo mismo. Tintos & tintas tiene su feed back, los oyentes escriben entusiasmados preguntando por un título, un autor, y solamente hace falta que las editoriales se vuelvan generosas y donen libros para estos anónimos sedientos de cultura.

Finalmente quiero decir que amo profundamente el arte en todas sus expresiones y que también he votado por cantaoras como Totó la Momposina, juglares como Paco Ibáñez, cineastas como Víctor Gaviria, Felipe Aljure y Lisandro Duque, artistas plásticos como Beatriz González y David Manzur y dramaturgos como Santiago García….

Bienaventurados los creadores por qué de ellos será el reino de la radio…

*Escritor y radiodifusor colombiano.