Cartas de los lectores No 98

ALERTA SOBRE BASES GRINGAS EN COLOMBIA. Hay que ser jefe del uribiato para tener la frescura de conmemorar el 20 de julio con el montaje de tres, cinco o hasta siete bases militares norteamericanas en Colombia, decisión que por supuesto lesiona en forma gravísima la soberanía y la autodeterminación nacional, precisamente el logro principal de hace 200 años, cuando se dio el Grito de Independencia y se inició la expulsión de las tropas coloniales españolas del territorio patrio. Es falso afirmar que las bases que se instalarán en Colombia son diferentes, en el sentido de menos imperialistas, a la que se cerrará en Manta (Ecuador). Primero: porque todas tienen origen en el cierre de la Base Howard, en Panamá, que ordenó el tratado Torrijos-Carter, base desde la que Estados Unidos vigilaba e intervenía en el continente. Sin el narcotráfico, otro sería el pretexto del Imperio para instalar las bases, como ocurre con las otras 700 que tiene por fuera de Estados Unidos. Segundo: porque la de Manta era una base ecuatoriana, comandada por un oficial de ese país, en la que, en el 5% del área y bajo el control estadounidense, funcionaba el Puesto Militar de Operaciones Avanzadas norteamericano (FOL, por su sigla en inglés), como tienen decidido hacer en Colombia. Jorge Enrique Robledo, Senador del Polo Democrático

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EL GOBIERNO CENTRAL ATACA. Con la Ley del Espectáculo Público de las Artes Escénicas (Teatro, Danza, Música y Circo) que viene impulsando la ministra de cultura Marcela Moreno Zapata y con ponencia del delfín Simón Gaviria se adelanta este proyecto lleno de buenas intenciones como piedras que llevan al infierno, en contra de la producción creativa colombiana. Pues aunque dizque se gastaron un mundo de dinero en diagnósticos, el proyecto es falaz, simplista, lleno de subjetividades, poniendo en el mismo lugar a la Industria del Entretenimiento (Caracol, RCN, Televisa, etc.), las llamadas Industrias Culturales (productores y manejadores de eventos) y los grupos de creación y proyección artística. Este error es lamentable, sobre todo porque viene de quien está en ese cargo para protegernos. Todo está premeditado, pues so pretexto de bajar los impuestos (que son demasiados) y los trámites (más de 30 en Bogotá) se nos endulzó el veneno metiendo un fondo que habrá de crearse en cada municipio y donde hasta las alcaldías, casas de la cultura, grupos de danza, grupos de teatro, orquestas, circos (que hay bien pocos en Colombia), pequeños productores de eventos, comités organizadores de ferias y fiestas, tendremos que pagar impuestos, contratar profesionales en producción de espectáculos y su personal técnico para poder hacer una función. Todo para proteger los intereses de las grandes multinacionales del entretenimiento y la repetición de lo mismo. Solicitamos a los congresistas amigos del Arte y la Creación Nacional, evitar que se apruebe esta afrenta. Fogoncito Creativo, Boletín Político-cultural

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ENTRE HOLLYWOOD Y MIRAFLORES. Fabio Jurado con su amena narración trae a colación el problema de las zonas olvidadas en nuestro país, muchas de las cuales son fronterizas y que en su seno albergan a muchos grupos indígenas, abandonados por el Estado y la sociedad en general, siendo presas del glifosato y otras calamidades.. Lorena Romero

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FABIO JURADO VALENCIA. Al leer la excelente crónica del profesor Jurado en el número anterior de Con-Fabulación, referente a su viaje por Guaviare, nos queda la sensación de que el ejército nunca ganará la guerra y de que el daño ecológico que impulsa el gobierno en esas zonas al fumigar con glifosato es extremo. Extraordinario artículo y terrible visión de nuestra exuberante Colombia. Francisco Urbano, profesor de literatura

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EL PROFESOR Fabio Jurado Valencia con el artículo "Entre Hollywood y Miraflores" hizo la extraordinaria labor de pedagogía social, de hacernos la descripción de la realidad de un rincón patrio, de la cual no se tiene ni idea desde los escritorios de la burocracia nacional, y tampoco desde las poltronas de nuestras salas, aunque desde esos privilegiados espacios, muchos pregonen que nuestra nación es una especie de paraíso. Bien por la confabulación en torno a la realidad. María Elena Triana