Adiós a Jaime Mejía Duque

Por José Chalarca

Me enteré por un aviso necrológico que el escritor, poeta y crítico literario Jaime Mejía Duque, falleció el pasado 17 de julio en la ciudad de Santa Marta. Y como los tiempos que vivimos son otros, la gran prensa no dio cuenta del insuceso.

Mejía Duque un hombre de letras, un trabajador de la cultura, como todos los que nos dedicamos al culto de la inteligencia, del saber y de la ciencia, sufrió el ostracismo a que nos condena el imperio de la farándula y el deporte, espectáculos que movilizan cifras incalculables de dinero.

La prensa que registra obsecuente y calculadora la falla en un golpe del golfista Villegas o la quiebra de un tacón en el escarpín de la cantante Mebarak, ignoró por completo la muerte de este campeón de la cultura que conoció como pocos la literatura colombiana y la que se escribió en el resto del mundo.

Jaime Mejía Duque nacido en la ciudad de Aguadas, departamento de Caldas, en 1933, fue un crítico objetivo, ecuánime y riguroso que se ocupó no sólo de los escritores consagrados sino también de los neófitos a quienes además de señalarles las fallas en su quehacer, también destacó sus logros y con gran generosidad colaboró en su proyección al gran mundo de la literatura.

Entre su aquilatada producción literaria queremos destacar algunos de sus títulos: Literatura y Realidad; Los Vanguardismos en América Latina; Mito y Realidad en Gabriel García Márquez; Narrativa y Neocoloniaje en América Latina; El Otoño del Patriarca o la Crisis de la Desmesura; Síntesis de la Poesía Colombiana.

Mientras la prensa nacional se ocupó de las letras en suplementos dominicales Mejía Duque estuvo en contacto con el público; en esa experiencia me cabe el honor de haber sido su vecino de página en la revista Consigna entre 1982 y 1992 cuando dejó de publicarse semanalmente. Hasta luego Jaime, su voz seguirá vigente mientras en el mundo haya quien lea.