Exposición fotográfica en el Festival de Poesía de Bogotá

Por Enrique Hernández D’Jesús*

Desde hace muchos años cultivo una pasión, desarrollo un silencioso trabajo, que hoy en día significa un testimonio del grafismo, de las ideas, de la poesía y del pensamiento que los participantes han impresionado en estas imágenes.

Mi trabajo compromete el objeto, la escritura, la imagen fotográfica, el collage, el libro escrito y por escribir, las postales y las instalaciones. Es el grafismo conceptual o azariento, el retrato intervenido por su propio confidente, suma de antagonías y paradojas. Su ámbito y su contenido le ajusta el término barroco por el asedio con que agobia cualquier vacío, el espacio blanco o los bordes. Los escritores y los poetas intervienen en la fotografía con sus ideas sobre la estética, la poética, el arte y la noche. Los textos los desarrollan en el mismo momento que ven por primera vez su propia imagen.

Las imágenes pertenecen al universo y los tiempos en que el creador fotografiado aparece. Ellos mismos se fotografiaron con la escritura. El verdadero espacio es su mundo interior, la propia mirada con la que él es sorprendido: la mirada detenida, logrando un encuentro multifocal en sus perspectivas, donde se abre un campo adecuado en el matrimonio de las imágenes con la escritura.

Este trabajo es un libro infinito, que me lleva a los escritores, dónde los sorprendo. Es un libro abierto, donde el complemento de la imagen, aquello que no se ha podido captar de la mente del creador, el creador mismo lo hace con su escritura, con sus gestos.

En esta brevedad de fragmentos desfilan las espesuras del mundo exterior, toca el lenguaje de los fetiches, y se transfigura en las tensiones, en el oscuro delirio, volcánico, imponiéndose la imagen y la palabra. Mallarmé habló de “los ángeles en el exilio”, esta forma de pensamiento, esta poética nos acerca a la creación, razón para la conciencia crítica, ese movimiento creado por el poeta para la poesía.

¿Qué tanto vuela la mirada en el precipicio de los desquiciados? ¿Qué tanto y para tantos retorna el objeto perdido de la mirada? La mirada debe ser mía, suya, ella misma con su camino transitado, la mirada mirándose, mirándonos.

Hoy presento 113 poetas hermanados por la frontera, por sus formas culturales y por el sueño que Bolívar, nuestro Libertador habló LA GRAN COLOMBIA, acá está ese sueño en la poesía y en sus poetas. Esta es una selección, por razones de espacio y por razones de que son los seleccionados. Están mezclados Venezolanos y Colombianos por orden alfabético al revés. Utilizo el título de Aurelio Arturo MORADA AL SUR, como homenaje a las letras colombianas. Que la muestra sea un paso más para la integración de los pueblos en el alba de la paz y de la poesía.

*Escritor y fotógrafo venezolano