La represa del Quimbo - Tierra en trance

Por Jorge Enrique Robledo

Senador de la República

En el departamento del Huila el Gobierno Nacional, con la total obsecuencia de la clase dirigente de la región, ha proyectado la represa de El Quimbo. Este embalse, cuya construcción y usufructo será asumido por la multinacional Emgesa, significará la ominosa desaparición de un ecosistema, valorado por respetables conceptos científicos, como endémico (único en el mundo). Igualmente, el trágico destierro de miles de familias de la región que será inundada, provocando así la más flagrante violación a todos los tratados ambientales. El total desdén, a las múltiples manifestaciones de rechazo realizadas por los habitantes de los municipios afectados, confirma el proceder autocrático del gobierno, que privilegia el capital extranjero, antes que el patrimonio histórico, cultural y ambiental, de esta zona del sur del país.

El gobierno nacional impulsa en el Huila la Central Hidroeléctrica del Quimbo, proyecto de Emgesa, trasnacional europea que causará con éste irreparables daños sociales y ambientales.

La represa acabará con los medios de subsistencia de dos mil habitantes de los municipios de Gigante, Garzón, El Agrado, ltamira, Pital, Paicol y Tesalia. Emgesa también se enriqueció con la venta a menosprecio de la Empresa de Energía de Bogotá y es propietaria de la Central Hidroeléctrica de Betania. El Quimbo destruirá 7 mil hectáreas de suelos aptos para la producción de alimentos, amenazando la seguridad alimentaria y la economía local. Según el Ministerio de Agricultura, por la inundación de las tierras desaparecerán 15 mil millones de pesos de ingresos anuales y desaparecerán nueve distritos de riego con inversiones por más de 12 mil millones de pesos, pérdidas que no compensará la regalía del proyecto y que la convierten en una miserableza.

Los daños ambientales serán irreparables. La Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena señaló que con la represa serán destruidas 842 hectáreas de bosque ripario, ecosistema sensible y único. La inundación de más de 8 mil hectáreas pone en peligro la biodiversidad de la región, hecho que para el Ministerio de Ambiente no fue óbice para otorgar la licencia ambiental. La situación reviste mayor gravedad, porque la compañía inició obras en enero, fecha para la cual no contaba con autorización alguna, poniéndose en abierta contradicción con la Constitución y la Ley.

Las nefastas consecuencias han sido denunciadas por los huilenses en innumerables oportunidades, exigencias a las que el gobierno nacional responde con arbitrariedades como la declaratoria de utilidad pública e interés social de los terrenos necesarios para la construcción y operación del proyecto. Con esta autorización, Emgesa podrá reclamar la expropiación de las tierras cuando los propietarios de los predios se nieguen a vender. El gobierno autorizó además la creación del Batallón número 12 con un costo superior a 142 mil millones de pesos, con el objetivo de salvaguardar las inversiones de Emgesa. Se entiende así por qué en un consejo comunitario, el Presidente Álvaro Uribe sentenció que El Quimbo “va porque va”.

Expreso mi total respaldo a los huilenses en su justa lucha contra un proyecto hecho a la medida del capital europeo y hago un llamado al Gobierno Nacional para que atienda las reclamaciones de la comunidad. El empeño por favorecer al capital extranjero a costa del sufrimiento de la población será contrarrestado por la más grande unidad nacional en torno a la soberanía y los principios de una nueva y verdadera democracia.