Las interceptaciones

Por Enrique Vélez Piedrahita*

Desconcertante, por decir lo menos, la actitud evasiva del Presidente en relación con uno de los últimos escándalos de marca mayor que han salido a la luz pública. Me refiero a las interceptaciones telefónicas ilegales, mal llamadas “chuzadas” del DAS a varios de los Magistrados de las altas cortes y a reconocidos miembros de la oposición, frente a las cuales simplemente pretende lavarse las manos atribuyendo toda responsabilidad a agentes del organismo investigador, como si fueran ruedas sueltas y no dependieran directamente de su resorte, dado que el DAS es un Departamento Administrativo adscrito a la Presidencia de la República. Olvidó ya el pueblo colombiano que una de las propuestas de Uribe en su primera campaña a la Presidencia consistía en unificar en una sola oficina con sede en la Casa de Nariño, todos los organismos de seguridad del estado que sería dirigida por Juan Luis Moreno quien pereció en extrañas circunstancias en un accidente aéreo a bordo de un helicóptero. La propuesta por ventura fue derrotada y no pudo llevarse a la práctica, pero el Presidente acto seguido, qué paradoja, entregó el DAS a Noguera a quien, frente al escándalo desatado, tildó de ser un muchacho muy honesto a quien de contera premió con un consulado en Italia, pero muchacho que en la realidad más sirvió a los intereses de los paras que a los altos intereses del Estado y vinimos a descubrir toda la telaraña delictiva que desde allí se tejía, por supuesto valiéndose también del sistema de “chuzadas”. La pregunta entonces es: ¿ porqué la coincidencia de que el Presidente haya nombrado a tres directores del organismo investigador comprometidos en tan condenable práctica delictiva?. Eso para mi no puede ser producto de una mera coincidencia. No puede ser que los directores del DAS y los jefes de inteligencia y contrainteligencia simplemente por razones del azar hallan ordenado o permitido motu propio en tres administraciones diferentes las chuzadas. Tanto candor no cabe ni en la mente de un idiota ni de un iluso. Pero el señor Presidente nada dice y frente a los legítimos reclamos de las Altas Cortes se abstiene paladinamente de responder por escrito, prefiere dar explicaciones personales teñidas de su inocultable capacidad persuasiva y manipuladora. Si todo esto tan clandestino y hediendo se ha descubierto,¿ se imaginan que habría podido suceder si la famosa oficina centralizadora de los entes de seguridad hubiera funcionado en la Casa de Nariño en las propias narices de Uribe?


*Abogado y escritor colombiano